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A mi estimada y adolorida prima Doña Julia, Julita para nosotros:

Aunque ligeramente más joven, Fausto, mi querido y doble compadre, fue en toda su vida el amigo que todos quisiéramos tener, y yo sí lo tuve.

Fue mi amigo desde joven hasta convertirse, con los años, en personaje de la tercera edad.

Su jovialidad y su compañerismo desinteresado brillaron en toda su larga vida y la estela luminosa, que como halo lo acompañó siempre nos servirá como estrella que nos seguirá mostrando el camino de la generosidad, fraternidad y desprendimiento ejemplar.

Su buen humor, su bonhomía, y su ejemplo, como padre, esposo, amigo y compadre, si lo seguimos a pie juntillas, nos hará volvernos a reunir para continuar disfrutando de su buen humor, de su ejemplo y sapiencia humana.

El camino que nos trazó está claro, su ascensión a lo incógnito es imperdible y su ejemplo de vida está estereotipado y por eso no lo podemos perder.

Compadre, compadrito:

Seguiremos tus pasos.

Y al final volveremos a estar juntos y disfrutar de tus hazañas, de tu buen carácter y tu vida ejemplar.

Que la luz del Señor te haga brillar más tu eterna sonrisa y buen humor.

Tu doble compadre que disfrutó de tu amistad y de tu compadrazgo:

Gustavo M. De la Garza Ortega.