No es una muralla, son los tacones de Humphrey Bogart...
Hoy apareció una fotografía en la primera plana, en la que una muralla rodeaba a Palacio Nacional. Me quedé atónita, no había palabras para describir el hecho.
En un principio creí que sería la instalación de algún artista europeo, como aquel Cristo que hizo desaparecer la estatua de la libertad en Nueva York.
Mil ideas creativas pasaron por mi mente, tratando de recordar algún acto similar. Pensé en la Muralla China, en el Muro de Berlín.
Claro, de otras dimensiones y construidas para permanecer siglos y no ¡éstas, no!. Son para detener y avergonzar la posible marcha de las mujeres en su día.
Amas de casa, artistas, obreras, secretarias, arquitectas, historiadoras, cronistas, periodistas. En fin, las mujeres buenas, del pueblo bueno.
SE OLÍA EL MIEDO
Se olía el miedo, la revelación de la fuerza del miedo, sobre una serie de cambios que se desenvuelven en el curso de nuestras vidas, desde que nacemos, se nos lava el cerebro, en la escuela, en la iglesia, a través de cualquier religión o culto ese servilismo hacia el hombre, el macho Alfa señor de nuestros cuerpos y almas.
Mientras menos educación formal es más la creencia.
Algunas hemos tenido la oportunidad de salir mejor libradas de esto.
Pero nuestra condición de madres nos hace diferentes, más solo en eso, la inteligencia y la fuerza de trabajo es la misma.
Pero ni probando esto es solo una teoría, el miedo que amenazó a las muertas de Juárez, aún está presente en nosotros.
Todavía no te cuentan las historias de las abuelas violadas e humilladas por las calles del pueblo o Medusa Diosa Griega que al ser violada por Poseidón fue castigada a convertirse en la mujer que transformaron su cabellera en mil serpientes, la que fue maldecida por la diosa Atenea, que hasta la revolución francesa fue la figura de la feminidad.
POQUIANCHIS Y LAS MUERTAS DE JUÁREZ
Ella sobrevivió, las esclavas sexuales de las Poquianchis, no, ellas eran enterradas en los patios de tierra. ¿Tampoco las niñas de trata de blancas de las que da cuenta Lidia Cacho, ni las muertas Juárez llevarían mini falda o sus escotes eran grandes?
Nada, nada justifica la lascivias de machos Alfa que se creen dadores de vida, cuando somos las mujeres las procreadoras.