Refutaciones a excolaborador de Ebrard
Bajo las instrucciones de Marcelo Ebrard, el empresario Javier López Casarín sí participó en conversaciones con el gobierno de Donald Trump en el espurio programa “Permanezca en México”, que el designado canciller aceptó y así convirtió a nuestro país en el patio trasero migratorio de Estados Unidos, a cambio de cuatro mil millones de dólares para el desarrollo en Centroamérica que Trump nunca entregó, tal como lo reconoció el martes pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En relación con la columna “Acuerdo migratorio espurio”, del 5 de mayo de 2022, el ahora diputado del Verde dijo, en una carta dirigida a Milenio, que no negoció nada sino su jefe, en lo cual tiene razón, y que no fue representante de Ebrard, lo que es falso.
https://detona.com/articulo/acuerdo-migratorio-espurio
Ahí está la fotografía oficial del Departamento de Estado en la que el ciudadano López Casarín, sin ningún cargo oficial, sí participó.
Está sentado a la derecha de Ebrard, frente a la delegación estadounidense encabezada por Mike Pompeo, en la reunión celebrada en el Club de Banqueros el 19 de octubre de 2018, cuarenta y tres días antes de la toma de posesión del nuevo gobierno de AMLO (Ver fotografía adjunta).
Ahí está el video del noticiero Imagen en el que López Casarín acompaña a Ebrard esperando la llegada de Pompeo y de otros funcionarios estadounidenses a la casa de campaña del presidente electo, en la colonia Roma, el 13 de julio de 2018.
López Casarín niega con dichos, hechos comprobados.
Es entendible la lealtad a su antiguo jefe, pero no se puede caer en el absurdo de negar la realidad sin faltar a la verdad.
Ahí están los datos duros en los que se basa este autor con pruebas irrefutables: fuente bibliográfica sólida, testigos serios, fotografías reales y documentos auténticos.
Deben estar preocupados en la Secretaría de Relaciones Exteriores por las secuelas electorales que el espurio acuerdo de Ebrard pudiera tener en la próxima elección presidencial, junto con tantas pifias en nuestras relaciones exteriores, ya no digamos el asunto de la Línea 12, que, por cierto, atribuyen a López Casarín la publicación del libro exculpatorio del exjefe de gobierno, que circuló en 2014 como “La verdad de Marcelo”.
Y están molestos por la crítica informada que formulamos a errores de política exterior y por el maltrato a colegas del Servicio Exterior Mexicano.
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La “Ebrardcesión”, el estigma de haber cedido soberanía a Estados Unidos en asuntos migratorios internos de México, al permitir que nuestro territorio se haya convertido “gratuitamente” en la sala de espera de cientos de miles de migrantes solicitantes de asilo que viven en condiciones deplorables en nuestro país, quedará marcada en la gestión del canciller de México.
Y por encima del vergonzoso entreguismo, la humillante burla de Trump, no a Ebrard ni a López Obrador, sino a México.
RÉPLICA:
Con respecto a la columna "Acuerdo migratorio espurio" (05/05/2022) de Agustín Gutiérrez Canet, se recibió una solicitud de réplica, la cual se atiende a continuación:
Javier Joaquín López Casarín solicita precisar que él no es "operador ni representante del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon.
Por lo tanto, no fui arropado ni recibí instrucciones del canciller del Gobierno de México; no intervine en "reuniones clandestinas"; y no realicé un activo papel en las negociaciones del programa migratorio permanezca en México".
"No he tenido ninguna intervención con algún acuerdo o con negociaciones relacionadas con la política migratoria del Gobierno de México.
Hago del conocimiento que en cuanto al libro Border Wars (que se menciona en la columna), los propios editores del mismo (Simon & Schuster) reconocieron que no se me entrevistó, y que cuestioné el carácter que se me asignó en las negociaciones sobre la política migratoria, en las cuales no intervine."
"Resulta inexacto que goce de inmunidad por ser diputado federal. Lo correcto es que todo diputado federal goza de fuero constitucional. Finalmente, se deberá precisar que no negocié ni operé ningún acuerdo migratorio por lo que mi intervención en los eventos del 19 de octubre, 20 de noviembre y 1 de diciembre, todos de 2018, no tuvieron ninguna relación con el programa permanezca en México".
Se reproduce el texto publicado en Milenio, con la autorización del autor.