Sanjuana Martínez, “toma para que aprendas”
Ni sus rituales donde entra en trance, ni sus sistemáticas mentiras le están funcionando para detener el oleaje que ya comenzó a golpearlo con masacres y secuestros de migrantes, lo cual, estimados lectores de Detona, es lo que menos le importa.
Lo que sí le dolió fue que le corrieran de la Fiscalía de la CDDMX, a Ernestina Godoy; que besara a un “señor vestido de mujer” y, para colmo, que desde el periódico oficialista de su comadre, Carmen Lira, le lanzarán un
petardo envenenado a través de Sanjuana Martínez denunciando y reconociendo, a la misma vez, que los “moches” siguen vivos.
El petardo que estalló en mil pedazos alcanzó a la candidata presidencial del tabasqueño, Claudia Sheinbaum, pues la regia, aseguró que los “moches” del 20% que el gobierno obradorista está pidiendo por todos lados, son para la campaña de la señora que dice “no mentir, no robar, no traicionar” igualito que su mentor, quien ya quedó comprobado que sí miente, roba y traiciona.
En pocas palabras, con la extorsión preparan una elección de Estado para no perder el poder.
Y queridos regios, la revelación de Sanjuana no es para sentirse orgullosos de ella, al contrario, es una vergüenza para Monterrey crear hijas así.
Les explico.
La periodista aceptó ser la directora de la extinta agencia de noticias del gobierno federal, Notimex, a invitación del inquilino de Palacio Nacional según, dijeron ambos, para limpiar a la empresa de la corrupción que imperaba entre los directivos, los líderes sindicales y hasta reporteros, fotógrafos, editores y personal de limpieza. Todos, sin excepción.
Martínez creó su propio negocio, como lo narro en mi libro El Gran Corruptor, y contrató con la venia de Carmen Lira, la directora de la Jornada y de López Obrador su propia agencia no para generar noticias, sino para golpear a todo opositor al régimen lopezobradorista.
Durante cinco años, en los que estuvo al frente de Notimex, la regiomontana recibió alrededor de mil millones de pesos del erario público que nadie, excepto Lira y ella saben donde terminaron.
Si nos atenemos a lo que me dijo la ex líder sindical de Notimex, una parte se fue en pagar a YouTubers y reporteros orgánicos para atacar en redes sociales a quienes criticaran al hombre que este lunes besó a un señor vestido de mujer, así como a la empresa de bots que diariamente denostan, calumnian y
amenazan a periodistas, tuiteros y ciudadanos sin militancia partidista.
Otra parte, la más chiquita, la usó en contra del papá de la hoy secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde.
Resulta, como lo cuento en El Gran Corruptor, Arturo Alcalde Justiniani, es considerado por Carmen Lira, la dueña de La Jornada, como un acérrimo enemigo por asesorar a los trabajadores cuando estalló la huelga en
el periódico y, aseguran, haber estado también detrás de los de Notimex.
En esa labor altruista de Sanjuana Martínez no se fueron los casi mil millones de pesos que se le dieron sin mediar auditoria alguna.
Tampoco en pagar la nómina de sus 64 empleados y su salario como directora general.
Tampoco en limpiar la corrupción en Notimex, al contrario, la acrecentó rodeándose de serviles cómplices que disfrutaron como nunca de buenas comidas en los mejores restaurantes de la CDMX y en viajes a los destinos turísticos que ningún beneficiario de la 4T jamás podrá disfrutar.
Aquí lo interesante de la denuncia de Sanjuana es en dos aspectos:
El primero es que la acusación la hace desde el periódico que dirige la comadre de López Obrador, Carmen Lira, por lo cual, supondríamos, estaría obligada a cuidar la imagen de “honesta” de Claudia Sheinbaum, la candidata que eligió el tabasqueño para darle continuidad a su destrucción y corrupción, y cuidarle las espaldas cuando deje de ser presidente de nuestro hermoso México.
¿Sheinbaum tiene en casa al Caballo de Troya sin que lo sepa el hombre que besó al señor vestido de mujer.
El segundo aspecto es que la regiomontana no se conformó con lo que se quedó de los casi mil millones de pesos que manejó como directora de Notimex.
De acuerdo a su propia denuncia, la periodista quería recibir el mismo porcentaje de liquidación que los
huelguistas con más de 30 años de trabajo, mas vacaciones por año y aguinaldo y quizá algún bono por el buen servicio hecho al tabasqueño para atacar a sus opositores.
Y para colmo, otro servidor de la Nación, el secretario del Trabajo, Marath Bolaños, le pidió el 20% de las “liquidaciones” que les correspondían a su 64 allegados y, por supuesto, al suyo.
Es decir, que de los $250 millones de pesos entregados al sindicato liderado por Adriana Urrea, más $14 millones por concepto de canasta y un millón para fiestas (pues no que muy austeros) el titular de Trabajo del gobierno obradorista quería el 20% para la campaña de Claudia Sheinbaum y como Sanjuana no aceptó entonces les ofreció el 6% del monto a liquidar, “por venganza”.
Y deja entrever que al no poder salirse con la suya en evitar el “moche” que, por cierto, denuncié desde mi primer libro El Rey del Cash, acudió a pedir ayuda nada más y nada menos que a Jesús Ramírez y Jenaro Villamil, quienes la dejaron sola.
No, no es ninguna periodista denunciando corrupción.
Es una vividora del erario que en tan solo cinco años se engolosino con el cash.
“Toma para que aprendas”.