Ver para creer...
Soy invidente y escribo en DETONA mis experiencias en este mundo visual donde una persona en mi condición tiene que lidiar todos los días con situaciones como la que se presentó ayer martes 17 de diciembre en el Hotel Safi, de Monterrey.
Debo reconocer que cada vez hay más conciencia de inclusión por parte de gobiernos, empresas y particulares hacia quienes no tenemos la dicha de ver como la mayoría de los seres que habitamos este planeta.
Por eso me resulta inconcebible que el personal de ese hotel haya cometido semejante agravio en contra de una persona en mi condición.
Odín, el can guía que ayuda a Sari en sus movimientos, fueron objeto de una de las más deleznables muestras de discriminación por parte de personas que evidentemente no están entrenadas para atender este tipo de situaciones.
La tecnología ha hecho posible que invidentes como ella y como yo, podamos movernos lo más independientemente posible en todos lados.
Siempre vamos a necesitar del apoyo y comprensión de quienes sí pueden ver; nunca podremos hacerlo todo al 100% como si estuviéramos dotados del inapreciable don de la vista.
Mis editores en DETONA buscaron antes que ningún otro medio a las secretarias de Turismo e Igualdad e Inclusión, Maricarmen Martínez y Martha Herrera, respectivamente.
Como respuesta, Julieta López Bautista, encargada de Comunicación del gobierno de NL, emitió un escueto y escuálido boletín de prensa, a todos los medios, que a las letra dice:
Esta es la posición de la Secretaría de Igualdad e Inclusión, cuya titular es Martha Herrera
Falta conocer la posición de la Asociación de Hoteles y Moteles de NL, pero si son congruentes con la justicia social que tanto se pregona en el México de nuestros días, deben pronunciarse enérgicamente, aunque se trate de un miembro prominente de su agrupación.
También estamos a la espera de la postura que va a adoptar la Cámara de Comercio y Servicios Turísticos de Monterrey.
No es algo menor lo que sucedió y el hecho de que Profeco haya amonestado al Hotel Safi, tampoco mengua lo ocurrido.
Es bien sabido que Profeco y la carabina de Ambrosio, son dos carabinas, porque se concentran en multar al infractor, pero en nada inciden para restaurarle o compensarle el daño a la víctima de un mal servicio, en este caso Sarahí Cruz Nava y Odín.
Que este artículo sirva para llamar la atención de gobiernos, empresas y particulares en favor de seres humanos que no tenemos la fortuna de poder ver, como la mayoría de los actores en este penoso incidente.