Siete Puntos
Donde se pueda platicar
Padre Paco DETONA: 1. Me acaba de llamar un amigo italiano que vivió en Monterrey hace algunos años.
Jueves, 29 de agosto de 2024, 10:35 A. M.
Archivo DETONA.
Foto: DETONA
- Pasará por nuestra ciudad en tránsito hacia los EUA, proveniente de Costa Rica, donde ahora reside, y le sugerí vernos para comer.
- Imaginé que, de seguro, no preferiría platillos de su país, sino mexicanos.
- Lo conozco bien, y su abultado abdomen refleja un gusto refinado por los alimentos, rozando en lo sibarita.
- Temeroso de que optara por un sitio gourmet, pues yo invitaba, me sorprendió con su respuesta: “en dónde tú decidas, nada más que se pueda platicar”.
2.
- Sin ponernos de acuerdo, yo pienso lo mismo, y acabo de vivir la experiencia contraria.
- Estuve en CdMx el fin de semana pasado. Una noche fui a cenar con unos amigos a un restaurante, de esos que conforman una cadena nacional, y nos ubicaron junto a un pianista, que entonaba canciones de Luis Miguel con una enjundia merecedora de mejores causas.
- Obvio. No nos dejó platicar a gusto.
- Al día siguiente, comimos en una fonda, sucursal de conocida cafetería veracruzana. Unas damas, ataviadas con vestidos regionales -supongo-, zapateaban…
3. …
- con tal brío que retemblaba no solo el suelo sino también las mesas, al son de una ruidosa marimba.
- A gritos tuvimos que llamar a la mesera para que nos tomara la orden; a señas sobre la carta le indicamos los platillos que queríamos degustar. Tampoco pudimos conversar.
- El último día de nuestra estancia capitalina nos recomendaron un establecimiento, cuya oferta gastronómica serviría para reparar fuerzas -habíamos participado en el maratón-.
- Además queríamos compartir nuestras experiencias en el recorrido.
- No fue posible. Una sonora estudiantina lo impidió.
4.
- Ahora que venga mi amigo tendré que investigar no sólo el menú de alguna atractiva taberna, sino garantizar que no ofrezca música de fondo convertida en impedimento de forma.
- Es decir, un lugar en donde además de comer se pueda platicar.
- ¿Estamos ante un problema generacional, pues mi comensal y yo superamos los 70 abriles?
- Es muy probable. Sé que los jóvenes prefieren un antro estridente para sus reuniones y no la serenidad de un recinto en donde solo los sonidos de las propias palabras, y no los que brotan de inmensas bocinas, inundan la atmósfera.
5.
- Sin embargo, creo que una buena comida no consiste solo en saborear viandas suculentas o bebidas exquisitas, sino en disfrutar de agradables conversaciones, en las que se favorezca el uso de nuestra razón y no nuestras ansias de tener siempre la razón.
- Encuentros en donde la lengua paladea manjares y brebajes, pero también genera palabras y lanza reflexiones, modelando el aire y el mundo, la vida, produciendo imágenes que se intercambian con firmeza pero también con delicadeza, con un interlocutor igualmente parlante y compañero de platos y copas.
Foto: DETONA
6.
- Pero creo que estoy ante una batalla perdida.
- Quien ejecuta un instrumento en un banquete, desea absoluta atención, y por ello aumenta el volumen de su interpretación.
- No obstante, sigo sosteniendo que hay momentos -un concierto- y sitios -un teatro- para escuchar música, y en los que ella se erija en la protagonista de la velada.
- Pero también los hay para que se convierta en un agradable complemento -la palabra no les gustará a los intérpretes de profesión-, y ayude a meditar, a orar, a estudiar, a correr, a amar… y como lo pide mi amigo, a platicar.
7. Cierre icónico. “¡Qué decepción!”
- Así se expresó un feligrés, que no encuentra a su hijo desde hace años, y participante asiduo en las misas que celebro para pedir por el regreso de los no encontrados y secuestrados.
- Anteayer se confirmó su decepción: en la última reunión con el todavía presidente, los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos afirmaron que terminamos mal.
- Después de casi seis años, no se quiso investigar el involucramiento del poder militar.
- ¿Qué sentirá este papá al escuchar el festivo sexto informe presidencial, el próximo domingo?
-
Decepción.
Foto Comité de Desaparecidos de Ayotzinapa.
DETONA anda en las mejores cabezas. Aquí, en la de don Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey. A su lado, Plácido Garza, Director de DETONA.
DETONA anda en buenas cabezas.
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