Economía científica
Encuestas, encuestas y más encuestas; para el desayuno, la comida y hasta en la cena.
El bombardeo estadístico es obsceno. Pero a quienes más ruido debe hacerles, sin duda, es a la oposición. En ninguna muestra objetiva, están cerca siquiera de arrebatarle a MORENA la continuidad de gobernar México, por lo menos 6 años más.
Esa batalla la ganará el partido guinda porque con certeza prevalecerá el efecto AMLO.
Pero las encuestas y estadísticas que sí provocan emoción, son aquellas que involucran a las corcholatas más populares: Adán, Marcelo y Claudia. Por así decir, los de arriba. Aunque la diferencia de puntos que Claudia tiene por encima de Marcelo y Adán sigue siendo ampliamente significativa.
Si hoy pudiéramos definir quién debería ser elegido EL o LA Coordinadora de los Comités de Defensa de la Transformación mediante la manera en que manejarían alguna actividad de gobierno, yo elegiría la gestión de la economía nacional.
Y esto porque justamente el presidente Andrés Manuel López Obrador le heredará a su sucesor un ambicioso proyecto generador de desarrollo para el sur del país que aprovechará el reacomodo de las empresas de la región asiática, hacia Norteamérica:
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).
El CIIT posicionará a México como una factoría de producción global con óptimas ventajas de hub logístico.
Aprovechando a su vez, todas las bondades que las estrategias de externalización (nearshoring) traerán a las grandes empresas que están confiando sus inversiones en nuestro país.
Nos enfrentamos quizás, ahora sí, a una etapa de administración del bienestar económico. Ambición tan anhelada por las anteriores administraciones neoliberales y que irónicamente está por lograrse de la mano de un presidente de izquierda.
La economía de México se apuntalará de tal manera que quien dirija al país debe tener una mentalidad científica más que tradicionalmente política.
No necesitamos un operador político como presidente. Este tipo de personajes tienden a poner los dineros en un segundo plano. Cuando se les presenta un presupuesto, lo desestiman, lo rechazan y pocas veces transparentan los gastos. No hay claridad. En muchas ocasiones, sus financiadores tienen antecedentes azarosos, aunque algún notario de fe de lo contrario.
No queremos un internacionalista que no rinda cuentas de lo gastado en vacunas durante la pandemia o de la cantidad de dinero que administró de todas las caravanas migrantes que durante 5 años han surcado de sur a norte, el territorio mexicano. Las relaciones públicas internacionales son menos necesarias para la precisión que requiere el manejo responsable y absoluto de la economía del país.
México necesita la mano dura de una presidenta que sea una física y además ingeniera para que maneje la economía política de nuestra nación con espíritu científico y la moral requerida para solidificar los mecanismos de adhesión comunitaria estrechamente vinculados a las relaciones sociales de reciprocidad que satisfarán las necesidades básicas de los menos favorecidos.
Esa presidenta, desde mi perspectiva, es Claudia Sheinbaum Pardo.
Posee la vocación científica para gestionar la economía moral que tanto necesitamos afianzar en los hogares de todos los mexicanos.
Claudia en mayo de 2023, recibió aun siendo Jefa de Gobierno a Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); para proponer que la CDMX fuera incluida en la RED de ciudades del BID para abordar los desafíos de la urbanización. Su interés siempre fue hacer de la Ciudad de México una urbe integrada y sustentable para el bien de la mayoría.
Si nuestra presidenta mantiene esa visión, a México le espera el Cielo como límite para lograr la estabilidad económica que merecemos.
Una presidenta científica empata precisamente con el destino de México.
Ya lo ha dicho ELLA: “Aún no encuentran explicación los teóricos del ayer de la realidad de hoy. Se llama economía moral. Subió el salario mínimo y se crea bienestar, se controla la inflación, el peso fuerte y hay desarrollo económico, ¡Claro que se puede!”.
No le demos más vueltas, lo que inició López Obrador tendrá continuidad si en la dichosa encuesta, #EsClaudia la respuesta.