Guerra civil política e ideológica, peruanos Vs. peruanos y mexicanos Vs. mexicanos
Panamá.-
Les platico que ayer finalmente pude salir de Perú en un vuelo de Copa que fue copado en su mayoría por limeños que buscan pasar las Navidades fuera del cerco que representa el Estado de Emergencia Nacional decretado por la presidenta Dina Boluarte durante 30 días.
En la ciudad donde nació Mario Vargas Llosa -Arequipa- y en otras seis, impera además un draconiano “toque de queda” que obliga a quedarse en casa o en los hoteles apenas cae la noche y hasta el amanecer.
Como en todo el mundo, quien puede irse se va, aunque en el caso de los peruanos, no es propiamente una migración. Ellos no migran como los venezolanos.
A pesar de que sus últimos seis presidentes han terminado en la cárcel y uno -Alan García- se suicidó apenas los policías tocaron a las puertas de su casa para aprehenderle, Perú es un polo de atracción para sus vecinos.
En la cuna del imperio Inca hay prestigiadas universidades y muchas corporaciones globales operan rentablemente en este mercado de 33 millones de habitantes.
Tan solo Lima tiene una población de 13 millones y el costo de vida es menor al de otros países de la región.
No se necesita ganar mucho dinero en el Perú para vivir sin sobresaltos.
Tiene una de las clases media más pujantes de la zona pero… han caído intermitentemente en el señuelo de la izquierda, que se vuelve populista cada vez más y muestra su ignorancia e incapacidad para gobernar.
Los presidentes de izquierda que han tomado el timón, sucumbieron a las tentaciones del capitalismo y el neoliberalismo que se le achaca a la derecha.
En los últimos 30 años han pasado por la presidencia desde moderados hasta medianamente radicales.
Unos han pecado del ultranacionalismo, como Ollanta Humala y resultaron peores que sus antecesores.
El “Chino”, lema de su campaña...
Represores como Fujimori voltearon hacia la IP pero no resistieron la tentación de revolcar a la Constitución buscando una reelección tras otra y tras otra.
Los ha habido corruptos de cepa, como Toledo, a quien le alcanzó dinero para comprarse una nacionalidad en Estados Unidos, donde vive con los millones de dólares que se robó del erario y que le permiten burlarse de los pedidos de extradición del gobierno peruano.
Cobrizo igual que él resultó Pedro Castillo, pero le faltó colmillo político para salirse con la suya y hoy está preso por intentar seguir los pasos de sus predecesores.
A los peruanos les sucede algo parecido a lo de los mexicanos, que se cansaron de la “dictadura perfecta” del PRI, como la llamó Vargas Llosa y le dieron el poder a un niñote con botas que puso el mando de México en manos de una consumada sin vergüenza, su esposa Marta Sahagún.
Aunque le pese a AMLO, Felipe Calderón levantó la nave en lo económico, pero le faltó experiencia para meter en cintura al crimen organizado y terminó siendo víctima del escarnio al no cuidarle las manos a Genaro García Luna.
Sin embargo, lo dejó a su suerte para que pagara sus culpas, al no interceder para nada por él en los juicios que lo mantienen preso en una cárcel de Nueva York, sin derecho a fianza y con escasas posibilidades de recuperar su libertad.
Los votantes mexicanos castigaron al PAN por su fracaso en la lucha contra el crimen, y le devolvieron el poder al PRI, por más que AMLO haya gritado foul electoral.
Los logros en lo económico del pasado sexenio se dieron porque Peña Nieto dejó las cosas en manos de verdaderos expertos en la materia: Agustín Carstens en BANXICO; Ildefonso Guajardo y Kenneth Smith Ramos en Economía, pero el País no salió del problema de la inseguridad, de los precarios servicios médicos ni del sótano educativo.
La corrupción campeó en todos los niveles y los votantes le dieron la oportunidad al eterno candidato: López Obrador.
Por más que quiera engañar a los bobos que lo siguen apoyando enfermiza y delirantemente, Morena tiene endeudado a México como nunca en su historia.
Los últimos reportes del BID, del FMI y de los mercados globales de deuda soberana, ubican la de México en niveles que duplican la de todo el sexenio pasado, en cuatro años del actual gobierno.
Así, López Obrador está condenando a la próxima administración federal -cualquiera que sea el partido- a pagar el descomunal servicio de la deuda en detrimento de la inversión interior.
Vuelan las golondrinas
Por más que la deplorable y rastrera cúpula de la IP diga lo contrario cada vez que se sientan a la mesa del Palacio Nacional a ingerir atole y tamales que les venden cual si fuera caviar de Beluga, los empresarios más poderosos de México dejaron de invertir en el País y sus capitales vuelan con alas desplegadas de golondrinas, hacia mercados que les ofrecen seguridad y certidumbre política, económica y legal.
Por más que Andrés Manuel y sus focas aplaudidoras destaquen como logro de su gobierno las remesas históricas que envían a México nuestros heroicos paisanos, ese indicador revela la incapacidad de este gobierno para evitar la migración aspiracioncitas hacia el “american way of life”.
Guerra civil política e ideológica
Perú vive hoy las consecuencias de una volatilidad y fragilidad política que no ha logrado hasta ahora meter al partido al jugador más poderoso: el ciudadano.
El inca sigue cómodo en su butaca, viendo cómo se parten la madre en el campo, unos contra otros, en una guerra civil política e ideológica.
Es una guerra civil porque son peruanos contra peruanos.
Alucinan los Fernández Noroñas y sus babeantes seguidores cuando insinúan que los Estados Unidos están detrás del caos en el Perú.
Y llevados por el odio, la confrontación y la división que López Obrador siembra todos los días desde su púlpito, sucede lo mismo en nuestro país: mexicanos contra mexicanos.
Una verdadera guerra civil, política e ideológica.
CAJÓN DE SASTRE
”Muy acertado concepto has acuñado”, remata la irreverente de mi Gaby.