Las loderas

Gerson Gómez DETONA: Desde el primer día ya todo está negociado, los transportistas acuden con los jefes de movilidad, fijan la iguala mensual, con eso compran la patente para no ser molestados.

Al chofer en el municipio de Escobedo lo cazaron.

Detenido al lado de la vía rápida, te falta una lodera, aquel plástico de pantalla, con eso evitan lanzar piedras a los automovilistas, quebrar los vidrios o dañar las carrocerías.

El trabajador descendió de la cabina rumbo al supuesto desperfecto, la lodera estaba floja, con la herramienta ya sujeta, lista para continuar con el camino, el oficial listo, clavar los colmillos.

Llama a la central para preguntar si cuenta con acuerdo la línea transportista.

  • En efecto.
  • Es del grupo selecto.
  • La sonrisa del oficial se evapora.
  • No tendrá manera de llevar la mordida.

Debes de cuidar el buen estado de tráiler. 

Lo amonesta al trabajador, la carretera a Colombia, en ambos sentidos, es una porquería., llena de baches, pandeada para todos lados, imposible seguir camino seguro, evita caer o pandear la carga.

Ustedes deberían preocuparse por mejorar la carpa de asfalto, provocan más accidentes, ponchaduras y desperfectos en los motores.

La razón le asiste, el municipio convertido en cuna de la cultura definida por Andrés Mijes, su alcalde.

Las prácticas de antaño continúan, el mejor munícipe de MORENA, predilecto de sus mentores, la familia Guerra Flores, aspira a la gubernatura.

Mientras las loderas lo ensucian en Escobedo Nuevo León, oro sólido de los desarrolladores de viviendas, para gente de clase media y baja.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.