¿Y ahora qué?
Con casi 58% de la votación, la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, se convierte en la primera mujer en ganar una elección presidencial.
La subasta electoral 2024, entregó un golpe de realidad contundente a los partidos políticos y a la sociedad en su conjunto. El partido MORENA y sus aliados arrasaron en la elección, obtuvieron casi la totalidad de las gubernaturas en disputa, solamente Jalisco y Guanajuato fueron para la oposición, es decir, ganaron siete de los nueve estados que eligieron gobernador.
La Coalición gobernante obtiene la mayoría de votos. Sin embargo, una laguna jurídica, la relativa a limitar la sobrerrepresentación electoral aparece.
Con 58% de los votos, el partido mayoritario y sus aliados, no pueden por ley tener 73% de los espacios legislativos, la Constitución limita a un máximo de 8%, pero la figura de Coalición no está expresamente considerada en la legislación, por lo que se abre la puerta a que estén sobrerrepresentados por más de 15 puntos porcentuales.
El Partido Verde, siempre satélite del partido que gobierna, se asumirá como la segunda fuerza política en el país. Y el PAN y el PRI tendrán una subrepresentación de 2% y 3%, respectivamente.
Este es el gran temor de los mercados financiero y de quienes entienden que el contundente triunfo del partido MORENA y sus aliados eliminará la división de poderes.
Durante las compañas políticas fueron claros y contundentes al respecto.
Lo harán, tendrán a subordinacion del Ejecutivo, los dos poderes que equilibrian la Unión, el Legislativo y el Judicial serán a su modo y a su entender. En otras palabras, como operan las dictaduras.
La cristalización de eliminar los órganos autónomos, de eliminar las diputaciones proporcionales, elegir a los integrantes de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN), a jueces y magistrados, por votación popular, así como erradicar la presunción de inocencia y enfrentar en la cárcel procesos judiciales, amenazan la vida institucional de este país.
Eso se eligió el 2 de junio.
Se votarán en septiembre próximo de 18 a 20 reformas constitucionales propuestas por el actual gobierno, incluyendo la transformación del Poder Judicial y la desaparición de órganos autónomos como el INE, INAI, COFECE, CRE, IFT, lo que orgullosamente el Presidente denominó el Plan C.
Septiembre, es el último mes de la actual administración, hay que recordar que la renovación del Poder Ejecutivo federal se realizará el primero de octubre y no el primero de diciembre, como tradicionalmente se hacía al concluir un sexenio.
Frente a este escenario y derivado de los resultados obtenidos en las urnas el pasado 2 de junio, de momento solo subsisten dos contrapesos la SCJN y los mercados financieros, estos últimos manifestaron su preocupación, inmediatamente después de la elección, desplegando su influencia y precipitando la actividad de las dos Bolsas que operan en México, con ello deslizaron el peso en una leve devaluación, lo que obligó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a emitir un comunicado que enviaría un mensaje momentáneo de tranquilidad.
La incertidumbre sobre la decisión de cumplir con las promesas impuestas por el Presidente en su Plan C, son el principal temor.
La decisión y convicción de la candidata ganadora respecto del rumbo que debe seguir este país trazan la ruta de la decisión, vienen semanas muy intensas de revisión y de presión social para que se respete la ley y a los pocos órganos autónomos a la presidencia que aún le quedan al país.
Frente al actual escenario se requiere calma, pero sobre todo del trabajo de los que tributamos, llorar o lamentarnos no es opción.
El cheque en blanco que se le entregó al poder al votar todo por MORENA fue una decisión muy delicada de parte del electorado. Las reformas constitucionales que se han planteado, de concretarse, causarán desempleo, enfado, tristeza, pero sobre todo una gran experiencia que debemos aprender… no dejar el poder en un solo partido, el sentido de la democracia se sustenta en los equilibrios.