EEUU es depredador de energía propia y ajena
Esta penúltima semana de enero ha resultado para mí, de grandes reencuentros con personas de organizaciones civiles, amigos entrañables, funcionarios públicos y causas bioculturales.
Debo decir que, aunque participé en reuniones muy distintas en todas ellas apareció la sombra trumpista que despierta inquietudes de peso.
Por el momento el rubio platino al que pusieron el nombre del famoso pato de las caricaturas animadas que de niño me deleitaban.
Es un adulto casi anciano que es mediático tanto por sus amenazas como por sus declaraciones que las contradicen.
"Vamos muy bien con México”, ha externado últimamente.
Su postura dictatorial es muy celebrada por otros descendientes de migrantes de muchas naciones que votaron por él, incluyendo a migrantes de origen mexicano.
Al presidente Trump lo ampara, para generar iniciativas de ley, la mayoría republicana en el Congreso, aunque para fortuna sobrevive la autoridad judicial que podría frenar sus determinaciones avasallantes, como la de quitar la calidad de ciudadanos a los bebés que han nacido en Estados Unidos de migrantes recientes.
Es notorio que los estadounidenses son depredadores de la energía que se produce en su país, y de la energía ajena.
Ahora que Trump ha dicho que saldrán del Acuerdo de París, me hace pensar que será muy improbable que se logren los resultados esperados globalmente por este acuerdo, en términos de reducción de gases de efecto invernadero.
La desconexión oficial de Estados Unidos con la problemática climática fue comentada en la reunión desarrollada en la sede de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, en la que se dialogó para revisar los términos técnicos y de gobernanza sobre el proyecto de Corredor Biocultural Oso-Jaguar en el norte de México.
Por otra parte, en la Primera Convención Binacional de Liderazgos Sociales que convocó Fuerza Migrante A.C. en CDMX, la inquietud sobre las expulsiones de migrantes mexicanos y sobre cómo deberá enfrentarse legalmente, fue un tema general a dos días de la unción presidencial de Trump.
Millones de migrantes radicados en la Unión Americana están en riesgo de que se pisoteen sus derechos humanos.
Mientras tanto el gobierno federal mexicano se va acomodando y con ello se observa que la narrativa de la presidenta Sheinbaum está transitando hacia su propio proyecto desmarcándose poco a poco de los abrazos para atender a la delincuencia que promovió su predecesor.
Del acento tabasqueño que tenía en sus discursos iniciales aderezados de largas pausas, ahora con su timbrada voz y presencia va construyendo un personaje que no será fácil de amilanar por parte del esposo de Melania, que cuidó su outfit para que los analistas políticos interpretaran qué quiso proyectar con el tono y el diseño de su vestuario en la ceremonia oficial de asunción presidencial, que incluyó sombrero, al más puro estilo de la realeza británica.
No será fácil para Donald Trump llevar a cabo todas sus amenazas, aunque las deportaciones hacia México ya son un hecho.
Rusia deberá tomar una postura próximamente ante los comentarios del estadounidense que quiere obligarlo a culminar su conflicto bélico con Ucrania.
Será interesante interpretar desde la geopolítica el inevitable enfrentamiento entre Putin y Trump. Y en América Latina, ¿qué estarán pensando los panameños sobre la retórica trumpista?
- ¿Y los colombianos ahora que los amenaza con aumentar en 25 % los aranceles para sus exportaciones a USA qué respuesta darán?
- En otras latitudes, ¿qué acciones bilaterales tomará Canadá?
- ¿Cómo se medirá en el ring internacional la súper potencia China con Los Estados Unidos?
- Y en nuestra “cancha” territorial ¿sobrevivirá el T-MEC?
- ¿Cómo enfrentará Claudia Sheinbaum las valentonadas de su homólogo estadounidense sin contar con interlocutores verdaderos por parte de su equipo con los nuevos dueños políticos del vecino país del norte?
Trump ríe porque se siente seguro de hacer tambalear a México, pero no está dimensionando que los afectados posibles son muchos más y que también se podría orquestar una estrategia global en su contra.
Sabemos que la tasa de informalidad en materia de empleo en México ha venido creciendo, y que probablemente la economía informal es mayor de la que se reporta en estadísticas que muy bien pueden ser manipuladas dependiendo del universo del que partan las bases de datos y los criterios de manejo.
Las instancias que producen estadísticas constantemente llevan a conclusiones imaginarias.
Me pregunto qué refieren las estadísticas al respecto de cuál es la real aportación del trabajo de los migrantes mexicanos que radican en la Unión Americana y que viven en condición de indocumentados.