El colapso como estrategia de futuro
Hoy no hay duda de que estamos ciertos, muchas dudas han quedado resueltas, al menos si nos guiamos por la forma y dirección en la que marchan los acontecimientos.
Al abandonar el lenguaje de la corrección política, lo que se escucha y se ve, es lo que hay.
Los discursos vagos plagados de buenas intenciones le abren paso a la sinceridad, la confrontación está de moda, aunque por desgracia no para la verdad, esta última y ausente sigue tan oculta como siempre.
La inclusión de toda singularidad que vino a romper la normalidad, antes considerada como un acto de justicia, ahora tendrá condiciones y limites, según la agenda de cada político y sus vaivenes.
La libertad también será dosificada.
El utilitarismo ocupa los gobiernos y los principios le ceden el paso con callada conformidad.
La indignación que causa el someterse al poder se convierte en un acto teatral que a nadie convence, pero que se ve bien y guarda la honra para mejores luchas.
Hagamos un rápido recorrido por la última semana en el mundo.
Un solo hombre ha puesto de cabeza el estado de cosas del mundo humano y todos los analistas tratan de pronosticar hasta dónde será capaz de llegar, no en sus propuestas sino en los hechos.
La doble moral ya no existe, se declara la realidad sabida por todos pero no publica, la moral política y económica no existe, nunca ha existido, y lo evidencia la mitad de la humanidad sumida en la pobreza.
El pudor es abandonado, mejor llamar a las cosas por su nombre.
Es un buen principio para construir un futuro diferente, aunque nadie puede asegurarlo.
La ética consecuencial y la moralidad prudencial como base primaria para la convivencia ahora es sustitutiva por la franqueza más cruda.
¿Por qué el fentanilo si y la cocaína no?
Petro, Presidente de Colombia siente que lo explica : …" la cocaína es mala solo porque es producida en Latinoamérica y no en…", y empezó a recoger a sus migrantes expulsados de los EEUU.
Israel en la figura de su presidente, Benjamín Netanyahu “atiende a una atenta invitación a visitar Washington, y Trump le anuncia en su presencia “es mejor que por las buenas o las malas los EEUU se hagan cargo de Gaza”, reconstruirla a la manera de la Riviera Francesa, para que todos vivan felices y en paz.
- Acaso Irán se opone, desaparecerá también.
- Nada nuevo, pero dicho con toda franqueza.
Putin se burla de la Unión Europea y la pone en el papel de bufón debilucho en la escena mundial, pero le sigue entregando petróleo y gas para su economía mutua.
Los EEUU y Rusia ya están negociando la salida del conflicto de Ucrania.
Una llamada basto para negociar la postergación de la aplicación de aranceles a Canadá y México, al día siguiente se despliegan 10,000 efectivos mexicanos en la frontera con EEUU y empiezan los -ahora sabemos que normales- vuelos y patrullajes de la marina norteamericana en el Golfo de California.
Así será la crónica cotidiana al menos en los dos próximos años.
A nosotros podrá parecernos una sorpresa, pero el fenómeno del colapso como estrategia viene dejándose sentir desde que Nixon despertó la codicia de China, para equilibrar el juego de la Guerra Fría con la antigua URSS.
El mundo actual está marcado por la independencia energética relativa de los EEUU, la demografía negativa de los países dominantes de la economía mundial incluyendo China, el feudalismo privado de las tecnologías de la información, la globalización que no acaba de dispersar sus beneficios largamente esperados y el agotamiento relativo de diversos recursos del planeta.
Entre la ortodoxia inspirada en el conocimiento, experiencia y principios; así como muy obvias ataduras hacia el pasado; ahora las heterodoxias delimitaran la normalidad.
Resulto que la USAID fundada en los 1980´s, para que fuera aceptable la intervención norteamericana en todos y con todos, fue un chasco y ahora la importancia de los asuntos de geopolítica la definirán personajes como Musk y Gates.
De la incertidumbre pasaremos a la certidumbre imprevisible, que es un estado recurrente en el que ya estábamos sumidos.
El reloj del fin se adelantó 89 segundos [https://thebulletin.org/doomsday-clock/2025-statement/].
Es muy distinto el mundo de la Guerra Fría al actual. Para empezar México es y será cada vez más importante para la geopolítica, pero sobre todo para los EEUU como para dejar los asuntos de Latinoamérica (recursos) en manos de las ideologías.
Al margen de lo que decida hacer con su economía algún país poderoso los problemas ahí están y seguirán aumentado sus efectos sobre todos.
Poderosos imperios del pasado han quedado en la historia como ejemplos de los que bien podrían aprender todo tipo de élites que se piensan como poseedores de facultades imposibles de superar.
El Imperio Romano, una civilización de 800 años, poderosa y extensa, cayó por una combinación de factores interrelacionados que fueron despreciados y subestimados.
La inestabilidad política y las luchas internas por el poder debilitaron la estructura gubernamental.
- La corrupción y la mala gestión de los recursos exacerbaron los problemas económicos, la inflación y la devaluación de la moneda.
- Las invasiones bárbaras y la presión en las fronteras agotaron los recursos militares y debilitaron la capacidad de defensa del Imperio.
- La división del Imperio en Occidente y Oriente también contribuyó a su caída, al igual que la decadencia moral y la pérdida de valores tradicionales.
El colapso de las sociedades, un tema complejo y multifacético, ha sido objeto de estudio a lo largo de la historia.
Jared Diamond, en su obra "Collapse: How Societies Choose to Fail or Survive", explora diversos factores que contribuyen a este fenómeno, como el deterioro ambiental, el cambio climático, la sobrepoblación, la desigualdad social y la mala gestión de los bienes comunes.
Estos factores, interconectados y exacerbados por decisiones políticas y culturales, pueden llevar a una sociedad a su declive y eventual desaparición.
El estudio de estos procesos nos invita a reflexionar sobre nuestro presente y las acciones necesarias para evitar repetir los mismos errores del pasado.
Diamond dice que puede ser especialmente malo cuando el interés a corto plazo de los líderes de élite entra en conflicto con los intereses a largo plazo de la sociedad, y la élite está aislada de las consecuencias directas:
"...el coraje para practicar el pensamiento a largo plazo, y para tomar decisiones audaces, valientes y anticipatorias en un momento en que los problemas se han vuelto perceptibles pero antes de que hayan alcanzado proporciones de crisis."