Hermosos ojos tapatíos

Gerson Gómez DETONA: Por algunos meses vivimos en el estado de Jalisco. Entre Autlán de la Grana y el Grullo. Rumbo a la costa sur. Donde las historias cotidianas de los talamontes fuera de la ley.

Los hijos ausentes, en la hermosa California, regresan en invierno para bañar de dinero las parcelas. Concursan las damas de los gremios de choferes y pollos. Incomparable la belleza. Cada nueva generación de flores femeninas.

Jalisco es gobernado por Movimiento Ciudadano. En Guadalajara y en Zapopan se hacen fantásticos negocios.

 

CJNG ofrece oportunidades de empleo. Quien tiene el dinero manda. Jaripeo, música de banda, en las corridas de toros, en las peleas de gallos, de las fiestas patronales, se brindan a la salud de los potentados.

Encontrar el centro de adiestramiento del grupo criminal a 60 kilómetros de la capital del estado sorprende la crueldad.

Ahí dejaron la vida los incapaces de cubrir el sistema de calidad. De deshumanización en el sentido de sicario.

Pasar las pruebas de confianza de sus patrones. La muerte es precisa. No escaparemos de las garras. Toda la estructura de maleantes lleva líneas de seducción a las instancias de gobierno.

Convertir en sociópatas a personas necesitadas nos mueve en cámara lenta. Allá va a parar sin redención el necesitado.

Morir de hambre en casa o de bala en supuesto topón contra los militares, los grupos contrarios, es rutina acompasada en las crueles mazmorras de la morgue.

Comencemos por llamar a cuentas a los cómplices de facto. Por quienes depositamos el voto en Jalisco.}

Ellos saben dónde se esconden los señores del narco.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.