La cruda electoral

Alberto Martínez DETONA: En el mediano y largo plazo, las facturas terminan por pagarse.

Han pasado menos de 15 días desde que se celebró el proceso electoral 2024.

Los resultados obtenidos muestran el duro golpe de realidad, la esperanza de contar con una contienda cerrada se diluyó dramáticamente; entre la comentocracia existe incredulidad, no encuentran las razones por las cuales la ciudadanía se decantó por la opción del partido gobernante y sus aliados.

Se puede recurrir al lugar común, la de la venta del voto a cambio de los apoyos económicos directos; se puede cuestionar la falta de propuestas, el error de haber planteado el proceso como un referéndum al gobierno actual y cuantas explicaciones tengamos.

Sin embargo, frente a la negación, lo cierto es el enfado existente.

Aunque es el resultado de la inocencia y la nueva esperanza de que el poder obtenido por la nueva mayoría será ejecutado con sensatez y responsabilidad. 

Resulta ingenuo creer que los ocupantes del poder detendrán y consultarán efectivamente sus decisiones; la segunda parte del gobierno saliente enfrentó resistencias, se impuso a las limitantes jurídicas, ignoró sentencias definitivas sobre las arteras acciones ilegales que habían emprendido.

Con esta experiencia, todos los llamados a un diálogo y consulta de expertos es una farsa, se hizo con la consulta para clausurar el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, ellos han entendido que si quieren imponer su modelo de país deben realizar cambios jurídicos y hoy tienen esa posibilidad para hacer y deshacer, más esto último.

La nueva mayoría no dudará en imponer su aritmética y conseguir los votos necesarios para decidir el rumbo nacional, no queda, sino advertirlo y señalarlo, brindar el beneficio de la duda respecto a un uso responsable del poder es un sinsentido, en el cual colaboraremos todos, se puede entender la falta de valor para señalar deficiencias, cuando el bienestar o la llave de los recursos deriva no del esfuerzo, sino de la complicidad o la indolencia.

Sin embargo, en el mediano y largo plazo, estas facturas terminan por pagarse.

El beneficio obtenido se encontrará siempre con una actitud vergonzante, carente de arrojo y de carácter.

La riqueza obtenida en este país está definida por el vínculo con el gobierno en turno, expedientes van y vienen, huellas que nunca se diluyen, donde pesa más el temor de la pérdida.

Salir adelante de este trance requerirá valor civil, ética pública, compromiso y mucho, mucho trabajo; habrá que confrontarse reconocer el yerro, saberse vulnerable y aportar por la construcción de un mejor país, donde el disenso no sea conculcado, donde la diferencia nutra y no de lugar a la revancha.

Si quieren consultar algo, deberían de empezar por poner a votación al próximo gabinete:

  • ¿Cómo sabemos que llegan los mejores?
  • ¿Cómo evitamos que lleguen los grupos vinculados a la corrupción del pasado? Que por cierto se comprometieron a que desaparecería. 
  • O bien, que votemos si queremos que sigan llegando a México más venezolanos subsidiados por Ejecutivo federal; o médicos cubanos con sueldos mayores a los de muchos médicos nacionales.
Eso sí, sería buena idea se someta a votación.

Queda claro que el presidente López Obrador va a ejercer hasta su último día el poder presidencial; todo lo que piense que haga bien para el próximo sexenio, aunque probablemente le cause efecto contrario, lo hará.

Pensar que quien se va a retirar a su rancho, tal como lo prometió desde casi inicio de su sexenio, no va a incidir al menos medio año o más en las decisiones del próximo gobierno presidencial, pecará de ingenuo.

NOTA FINAL:

Finalmente, no queda más que agradecer a DETONA por el espacio de reflexión brindado, derivado de nuevos retos profesionales, la emisión semanal de esta columna quedará suspendida.

DETONA se va colocando como un espacio de reflexión obligado en el acontecer público, reflexionar y dirimir los asuntos que no incumben a todos se impone como una necesidad ineludible hoy en día, las trincheras que son necesarias ocupar reclaman participación.

¡Mil gracias!

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.