¿Opositores al progreso?
Cuando se piensa en soluciones y abordas el tema de manera coloquial, ya sea en el café, con los amigos o con los vecinos y pláticas de temas de movilidad, todos nos quejamos del trafico y que ya somos muchos, entre otras dolencias.
Pues sí, somos cerca de seis millones los que vivimos en esta área metropolitana y se ocupan grandes soluciones para nuestros grandes problemas de desplazamiento.
No se puede pensar que se reduzca la población por decreto o que la mitad migre a otras ciudades, así tampoco las industrias.
Lo que quiero plantear al análisis es que ocupamos respuestas a los problemas que tenemos los que hoy habitamos y los que seguramente vendrán en el futuro, hijos de los que ya estamos o quienes tengan la aspiración de vivir en una gran metrópoli.
Una fórmula internacional para mover a muchas personas en menos tiempo y con mayor eficacia es el trasporte público colectivo, de ahí que existe la imperante necesidad de contar con las mejores alternativas: autobuses cómodos, que tengan tecnología, sean seguros con accesibilidad para todos; un Metro que conecte rápidamente las distancias largas, así como un tren ligero que mueva a muchos en distancias y con rapidez.
Pero ahora que por fin llega una administración que le viene metiendo ganas a la modernización de este tipo de servicios que requieren en movilidad las grandes urbes, hay gente muy activa en oponerse al progreso, quizá porque cuando estuvieron en el poder no pudieron o no quisieron hacer el bien para sus gobernados y sólo les gusta eso de manejar los recursos públicos donde les quede algún beneficio, como pasó con esas obras de reconstrucción después del Alex (pa’llá y pa’cá, toda una aberración).
Algunos anteponiendo su comodidad y sin querer compartir la ciudad con los demás, otros por querer hacer todos sus movimientos en auto particular, hasta el ir al Oxxo de la esquina en carro.
Pues sin duda eso es la comodidad a la que tienen derecho y está muy bien, sólo que tenemos que adaptarnos a la comunidad en la que vivimos, que ha crecido y que dejó de ser la ciudad en que los obreros y operarios llegaban en bicicleta a su fábrica, ahora se desplazan a mayores distancias y se requieren otro tipo de medios para el traslado, por lo que regresamos a la conveniencia de usar un servicio público de pasajeros que además debe ser seguro, confiable, con amplias jornadas de manera que nunca falte.
Poco a poco llegan los camiones chinos, los que cuentan con un montón de aspectos favorables para su clientela, que se han contratado para sustituir los vehículos viejos con los que nos tenían acostumbrados a usar chatarras inseguras, que además del manejo típico de cafres al volante hicieron que la gente prefiera otras formas de moverse.
Esta semana iniciaron los trabajos para la Línea 6 del Metro, que se moverá por los rumbos del oriente de Monterrey pasando por Guadalupe y llegando a Apodaca. Las grandes y modernas ciudades del mundo usan los metros para su movilidad, para ser una gran ciudad de calidad mundial se requiere que también existan ciudadanos de calidad mundial, que podamos coexistir y compartir los espacios, respetándonos y cuidándonos los unos a los otros.
Recuerdo que entre 1979 y 1985; sí, los tiempos en que fue gobernador Don Alfonso a quienes muchos siguen respetando como uno de los gobernantes que transformó la imagen y desarrollo de la metrópoli.
Él usaba una frase muysencilla pero muy profunda: “El progreso requiere de esfuerzo”, lo que implica que tener grandes obras para contar con servicios como los de las ciudades de primer mundo sin duda generan incomodidades mientras se construyen, pero luego al estar terminadas seguramente aliviarán muchos problemas en el desplazamiento, y lo que es de esperarse es que muchos ciudadanos que hoy utilizan el transporte privado –que sin duda es muy caro– puedan adoptar formas más eficientes y económicas de realizar su traslados.
Cuando esto suceda (debe ser cosa de meses en que ya estén las obras funcionando), tendrán los vecinos menos tráfico de autos particulares, menos contaminación y más facilidades para el desplazamiento, lo que se traduce en calidad de vida.
Los que han viajado saben que vivir cerca del Metro da ventajas y privilegios o comodidades, que en nuestra tierra aún no hemos sabido disfrutar.
Cuando voy a CDMX, prefiero moverme en Metro y Metrobús que tratar de ir en auto, ya sea particular, taxi o de aplicación, esa comodidad resulta muy incómoda en aprovechamiento del tiempo.
Ojalá que los que andan promoviendo las manifestaciones de protesta tuvieran el interés genuino de servir a la gente y no de ser acaparadores del poder y los beneficios que eso les ha representado.