Sheinbaum y Estados Unidos (II)
El próximo presidente de los EU se elegirá en noviembre y tomará posesión en enero.
La presidenta Sheinbaum no puede esperar para establecer las bases de una nueva etapa en la relación bilateral, comenzando con dos temas: seguridad, incluyendo el tráfico de drogas, armas y personas, y migración.
La presidenta electa presentó a Juan Ramón de la Fuente como secretario de Relaciones Exteriores.
Falta la designación de otros titulares fundamentales en dichos temas.
En el escenario probable, pero no seguro, de un triunfo de Donald Trump, el reto será acordar un nuevo marco de cooperación en materia de seguridad, que incluya aspectos migratorios, tráfico ilícito de personas, combate al crimen organizado, tráfico de drogas –fentanilo- armas y dinero, así como ciberseguridad, inteligencia artificial y cadenas de valor.
Si ganase Trump, el marco actual para la cooperación en materia de seguridad, el Entendimiento Bicentenario, sería desechado por considerarlo irrelevante.
Sería imperativo negociar los términos de referencia de algo nuevo.
He comentado en anteriores columnas la visión negativa de Trump y el Partido Republicano sobre la situación de seguridad en México y la relación bilateral.
Una de las lecturas del artículo de Mike Pompeo en el WSJ sobre el legado del presidente López Obrador es entenderlo como un listado de temas que preocupan a los republicanos y sobre los cuales medirán y negociarán con la administración Sheinbaum.
Pero hay posiciones republicanas más extremas proclives a la intervención militar de EU en México, sea con fuerzas especiales o drones, con o sin el acuerdo del gobierno mexicano (que nunca lo daría), para combatir a los cárteles, o que desean clasificarlos como organizaciones terroristas.
Lo he escrito anteriormente y recién lo mencionó Fareed Zakaria en CNN.
En esta negociación, que debe encabezar Relaciones Exteriores, serán fundamentales las secretarías de Defensa, Marina y Seguridad y Gobernación.
Juan Ramón de la Fuente, al ser el responsable de la construcción de confianza con sus interlocutores, habrá de encontrar los necesarios equilibrios.
En materia de migración, espero que el gobierno de Sheinbaum reforme al Instituto Nacional de Migración, devuelva a la secretaria de Gobernación sus competencias en materia migratoria y fortalezca la COMAR.
Espero rechace las pretensiones de reinstaurar el nefasto “Quédate en México” y la imposición de medidas similares al Título 42 que saturaron la frontera mexicana.
Entre noviembre y enero, si gana Trump, el equipo de la presidenta habrá de hacer milagros para impedir el cierre de la frontera el primer día de su mandato y olvide sus amenazas de llevar a cabo redadas y deportaciones masivas.