Scream VI / EUA, 2023
En la sexta entrega de Scream ahora continúa, en lo que pudiera ser en forma, el nuevo camino que va a tomar la franquicia con las hermanas Sam y Tara Carpenter, perseguidas eternamente por Ghostface.
Luego de Scream del 2022, planteada como un reinicio de la serie con Neve Campbell y su personaje de Sidney ya puesto a un lado, y las hermanas interpretadas por Melissa Barrera y Jenna Ortega como los estelares absolutos.
El rollo y show de que Scream sigue “reglas”, y si no es que son “nuevas reglas” es ya una burla donde lo que uno quiere ver en plan sádico, es sangre y muertes.
Las hermanas Carpenter son acompañadas de los sobrevivientes de la película del 2022: los cuates Chad Meeks-Martin y Mindy Meeks-Martin, y obvio hay carne de cañón de sobra para que la sangre brote a raudales.
Hay la idea que uno debe interesarse por el qué está pasando, sobre todo después de la escena inicial donde la celebridad invitada es la primera víctima de Ghostface (toca turno a Samara Weaving) con un giro reverendamente extraño… pero no hay problema, todo toma el camino indicado en un par de escenas más adelante.
O sea, no hay nada nuevo bajo el sol. El meollo de la película es descifrar eso, qué está pasando y quién está perpetrando los crueles homicidios.
El resto son muertes y más muertes.
Lo mismo de siempre y mientras más crueles mejor, nada más que ahora parece un multiverso muy muy lejano del nuestro donde las personas pueden sufrir laceraciones profundas y no pasa nada, o múltiples cuchilladas profundas en partes como el estómago y para la siguiente escena hasta llegan corriendo a donde deben estar.
Es más, se muere más gente de plomazos y caídas que de cuchilladas al grado que hay hasta resucitaciones milagrosas como pie para un personaje que regresa en esta entrega.
Y no me refiero a Gale Weathers (Courtney Cox) que como de costumbre aparece. Nada más eso, aparece.
Medio desesperante eso de ser parte de un universo donde la policía es la más tonta de su respectivo universo (la ciencia forénsica parece no existir aquí), que tarda más en llegar al lugar del delito que las de acá de México.
Y hay momentos donde de verdad, ver a los cuatro personajes centrales celebrar “es que nos van a matar” se ve tan tonto, como perder tanto tiempo descifrando las reglas de esta película con una euforia enfermiza, una fascinación torcida que jamás me ha agradado de que habrá sangre corriendo.
Obvio debe haber como 30 minutos dedicados al diplomado “Scream para Dummies” que explica que pasó y como pasó con salto y seña, y hasta lo repiten en esta parte para los que no escucharon.
Voy a ceder que las hermanas Carpenter están a tono con el género de película: Melissa Barrera sigue bien en su rol y caray, Jenna Ortega es buena, aquí entre nos, sabemos que ella es Merlina en la serie del mismo nombre, pero no sabía que era tan chaparra, chaparra… ok, así es más fácil esquivar cuchilladas.
Sí y no. Me quedó en el justo medio porque le falta de verdad algo a este Scream VI, el toque del desparecido creador y realizador de la serie, Wes Craven… algo pues.
Mi única petición, por favor, ya bájenle tres rayitas a la regla de Hollywood de “mientras mas muertos, mas viva está la franquicia”.