La fórmula de la inclusión: Señalar, proponer e involucrarse

Aquí en DETONA les platiqué mi caso con Sealand

• No lo negaré, cuando salimos del tour y después de que Sebastián me vacunó en la tienda de regalos, me sentí satisfecho.
• Sentí que era un padre que había hecho su chamba.
• Fue esa sensación de autonomía de la que he hablado antes.
• SI bien, la autonomía de todos es ilusoria, pues incluso si somos autónomos, depende de muchísimas personas a nuestro alrededor.

Mi conclusión de la experiencia fue esta fórmula de la inclusión que hoy comparto con ustedes:

Señalar

• Ya lo dije en mi artículo anterior, alcanzar la inclusión total es prácticamente imposible.
• Por lo tanto, la chamba de aquellos que nos toca jugar en el equipo de los vulnerables es señalar la falta de inclusión.
• Y conste que dije señalar, y no quejarse, porque quejarse es destructivo y nos estanca.
• Señalar es relatar y hacer notar algo que ocurre, que consideramos falto de inclusión, con la mayor ecuanimidad posible.
• Fue lo que intenté hacer con mi video.

Proponer

Pero señalar no viene solo. Se vale hacer notar algo que consideramos excluyente, pero siempre deberemos de añadir una propuesta.

Aquí desempolvo mi mantra para las personas con discapacidad: tenemos que ser solución.

A mi primer video le siguieron un par más donde daba ejemplos de recorridos incluyentes y donde explicaba qué es la inclusión en un lugar público como estos.

Involucrarnos

• No se vale lanzar la piedra y esconder la mano.
• Como lo mencioné en su momento, yo no buscaba un recorrido gratis en Sealand, yo quería que no le volviera a ocurrir lo mismo a una persona con discapacidad.
• Por lo que me involucré en la solución y les ofrecí un taller de 2 horas.
• Y claro que si puedo hacer algo más, lo haré.
• Quejarnos por quejarnos no genera inclusión, al contrario, genera repudio.

Lanzar soluciones sobre el escritorio no vale de mucho si no somos parte de esa solución.